Te observo y recuerdo la puesta de sol. Es que el color de tus ojos me recuerda a la intensidad de la tarde. Esa silueta de tus labios semejan un caluroso verano. Tu piel me recuerda a ese hermoso color bronce del sol.
Tu rostro ha forjado la historia de nuestro pasado. En tus rasgos puedo notar la sangre indígena que corre por tus venas. Que la lengua de la historia de nuestra gente nunca se te vaya. Apáñala tan fuerte para que con ella escribas tu propia historia.Ese color bronce de tu piel hace que recuerde que tan libre soy. Es que he nacido para forjar una historia bañada en color bronce, así como ese de tu piel.
Que la historia contada por el opresor no dicte tu futuro. También que la religión no marque la verdad. Sé libre para que así puedas volar. Dime ahora ¿qué significa el color de tu piel? Tantas historias marcadas en ella, tanto tiempo, y tanto sufrimiento. Que contigo viva el recuerdo de nuestra gente y también que ellos sepan que aquí estamos presentes.
No le temas al atardecer, mira que este tiene los colores del sol. Recuerda que la serpiente emplumada fluye por nuestros cuerpos. No le temas al color de tu piel. ¡Vívetelo! Mira que este te da poder.
Y es que en aquel atardecer en verano fui donde me dije “soy libre.” Dime, ¿lo eres tú?
No le temas a la puesta de sol, y es que al ser color bronce ya no solo eres tú, somos todos nosotros. Pero también sigo siendo yo y yo soy como la puesta de sol.